1. Salta.
La capital de Salta, que lleva el mismo nombre que la provincia, a menudo se pasa por alto gracias a todas las atracciones de su entorno. Pero la ciudad no es apodada «Salta, La Linda» en vano.
2. El Tren a las Nubes.
Esta vertiginosa obra de ingeniería parte de Salta y después de recorrer 216 kms, pasar por más de sesenta puentes, túneles, viaductos, rulos y zigzags alcanza su meta cerca de la frontera con Chile en el monumental Viaducto de la Polvorilla, que se eleva hasta 64 metros de altura. El legendario ferrocarril, un hito del turismo argentino, inicia su recorrido a 1200 metros de altitud, superando en algún tramo los 4500 metros sin ayuda de cremalleras, con la única tracción de la locomotora.
3. Los templos coloniales.
Esparcidos por ambas provincias, y a menudo ubicados en el medio de ninguna parte, están inspirados en el mudéjar sevillano de los siglos XIII y XIV. Un festín para los amantes del arte y la historia.
En la capital encontramos la Basílica Menor y Convento de San Francisco, uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad.
4. Raíces indígenas.
La riqueza étnica y cultural está asegurada. Aymaras y quechuas pueblan el noroeste argentino desde hace siglos. Las manifestaciones culturales y festivas, los ritos religiosos sincréticos del mundo rural del noroeste argentino, conforman un tesoro para el viajero sagaz.
5. Valles Calchaquíes
Es imprescindible realizar esta ruta en Salta y Jujuy y visitar poblaciones tan pintorescas como Cachi o Angastaco. La capital oficiosa de los valles es Cafayate, un destino ideal para los amantes del enoturismo y la buena vida. Un buen número de mercados, talleres alfareros y telares recuperan la tradición artesanal indígena de la zona. La Quebrada de Cafayate, o Quebrada del Río de las Conchas, es un sensacional escenario natural multicolor labrado por el agua en un terreno casi desértico. Desde Cachi se puede acceder cómodamente al Parque Nacional de los Cardones, que toma su nombre de una insólita especie de cactus gigante.
6. Salinas Grandes.
No hay que llegar hasta Chile para admirar grandes salares. En la frontera entre las provincias de Salta y Jujuy se extiende un espectacular desierto de sal de atmósfera onírica a 3400 metros de altitud.
7. Purmamarca y el Cerro de los Siete Colores.
Purmamarca es un pueblo de postal con casas de adobe a los pies del Cerro de los Siete Colores, espectacular formación geológica de insólita gama cromática y una de las imágenes más difundidas de Argentina. Muy próxima a Purmamarca y en dirección norte se encuentra Tilcara y su pucará, una fortaleza precolombina. Su situación es estratégica, dominando el valle del río en ambos sentidos. Aunque el sitio fue indudablemente utilizado anteriormente, las ruinas datan de los siglos XI a XV.
8. Quebrada de Humahuaca.
Al norte de Jujuy, presenta un impresionante paisaje multicolor formado por un cañón seco de laderas erosionadas. Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. Hay quien dice que Humahuaca es la capital espiritual del norte argentino. Sin duda, es el sueño de cualquier amante de la fotografía de espacios naturales.
Se trata de cañón seco rodeado por las laderas de las montañas cuyos estratos sedimentarios se han erosionado en formaciones festoneadas espectaculares que revelan un espectro de colores ondulantes. La paleta de este valle, catalogado como Patrimonio de la Humanidad, cambia constantemente, desde tonos de blanco cremoso hasta ricos y profundos rojos.
9. Tucumán
Su capital es San Miguel de Tucumán, en donde se combinan los ingredientes indispensables para hacer de esta ciudad una tentación a la hora de recorrerla: amabilidad de su gente, historia y arquitectura que se palpan en cada edificio, cercanía con los cerros y una calidez que se percibe en cada paseo. La ciudad es apacible y tranquila; el mayor movimiento se da por la mañana o por la tarde dado que San Miguel tiene un sello distintivo que es la siesta.